miércoles, 9 de febrero de 2011

G-DAGON:EL INICIO DE UNA LARGA AMISTAD

Taeyang tenía la misma edad que él, 13 años, lo que facilitó que rápidamente se hicieran amigos.
“La primera vez que vi a YoungBae (nombre real de Taeyang) supe que no era una persona que debía pasar por alto. Fue más como ‘¡Oh, ¿quién es?!’ Fuimos amigos desde el principio. Quizás es porque nuestras personalidades son completamente opuestas, pero no hemos peleado ni una vez. Cuando era joven yo era introvertido, pero cuando entré en la adolescencia me volví más confiado, mientras que Youngbae, que antes era muy travieso, ahora es tranquilo y auténtico. Cuando Younbae era más joven era realmente vivo, así que cuando conoció a Yang Hyun Suk le dijo, de lo forma más brusca, ‘Quiero estar en YG’, y él le respondió bromeando ‘OK, ven tú mismo’”
Así Taeyang fue de verdad a la compañía y dijo “Ha pasado un mes, pero no me han llamado”. A YHS le gustó tanto su valentía que le aceptó como aprendiz.


Los días de aprendizaje de GD fueron más fáciles con un amigo a su lado. Ambos, pese a estar luchando en la misma compañía, no se convirtieron en rivales sino en amigos que se apoyaban mutuamente.
“Es mejor fregar y barrer 2 personas que no una. Nos divertimos mucho juntos y tenemos muchos recuerdos. Aún hoy cuando estamos juntos a solas siempre hablamos del pasado y reímos y lloramos, nos sentimos genial”
Hubo muchos malos momentos como aprendices. Ya que el futuro no estaba garantizado, podía haber situaciones tristes que hacían que los 2 amigos se sintieran tremendamente enfadados.
“Como éramos los maknaes (los más jóvenes) hubo muchos momentos difíciles. Fuimos invitados a conciertos o suplimos a determinadas personas. Por ejemplo, Wheesung se suponía que iba a aparecer en el concierto de Se7en pero no pudo asistir, así que fuimos en su lugar. Teníamos que preparar la ropa nosotros mismos. Cargábamos con una bolsa enorme y montábamos en el metro con el resto de personas que iba a acudir al concierto, y hacíamos lo mismo para volver. A veces escuchábamos cosas como ‘¿Esos son los niños que acabamos de ver?’. Parecíamos buenos sobre el escenario pero desaliñados cuando agarrábamos nuestras bolsas de ropa, así que nos sentíamos avergonzados”


Hubo una vez en la que los chicos iban cargados, como era habitual, y esperaron en una estación donde les dijeron que les recogerían.
“Se supone que el hyung iba a recogernos a las 11 de la mañana, pero estuvimos esperando hasta las 6 de la tarde. No sabíamos su número de teléfono. Nos habían dicho ‘esperad aquí’, así que eso es lo que hicimos. Seguimos esperando hasta que nos montamos en el último tren y nos fuimos a casa. Al día siguiente le preguntamos qué había ocurrido y sólo nos dijo que se había olvidado. Los bailarines habían decidido volver, así que se había olvidado de nosotros completamente. Nosotros sólo pudimos decir ‘Oh, ya veo’, bajamos las escaleras y volvimos a limpiar. Fue realmente molesto”

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